Hoy traemos un problema muy habitual en las viviendas, sobre todo en los meses de invierno.
Aunque no suele ocasionar grandes daños, es un incidente antiestético que, si no es tratado adecuadamente y en tiempo irá ganando terreno poco a poco.
Hablamos de las temibles manchas de moho y condensación, la negrura en nuestras paredes que nos genera sensación de sucio y estropea nuestras pinturas.
Pero qué podemos hacer al respecto?
Lo primero es diagnosticar el problema.
Normalmente este tipo de marchas suelen aparecer en los denominados “puntos fríos” del hogar. Zonas mal aisladas o que el contraste entre temperatura interior y exterior no están equilibradas.
En el caso de las ventanas, puede que existan filtramientos de agua por los mismos motivos, por ausencia o fallo de cámaras de aire…
Lo ideal es siempre erradicar el problema en su origen, es decir, hacer obra sobre la causa directa de la aparición del moho.
Pero mientras no se laboran esos trabajos podemos eliminarlo realizando las siguientes tareas de limpieza:
2. Utilizar protecciones para la aplicación de los productos como guantes de goma o mascarillas. Es importante tener en cuenta la seguridad personal a la hora de emplear químicos.
3. Una vez saneada la zona y haber eliminado el hongo, se recomienda retirar la zona afectada y volver a pintar con pinturas a la cal. El uso de estas pinturas es el ideal para prevenir el brote de un nuevo hongo.
Las pinturas a la cal tienen las siguientes características:
Recordad que la eliminación únicamente del moho no acaba con el problema, sino que solventa temporalmente el mismo.
Para evitar definitivamente el mismo debemos hallar la causa que lo genera y lo ha colocado ahí.
Como siempre, esperamos vuestros comentarios y preguntas!
Feliz miércoles para todos!